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El nuevo "dólar exportación" aumentó el precio de la soja, pero también provocó fuertes distorsiones al mercado

Además, en el agro no esperan que el nuevo tipo de cambio impulse ventas ante la incertidumbre electoral, la disparada del blue y la inflación que no cede

Nacionales | 25/10/23

 
 

La decisión del gobierno nacional de volver a establecer un tipo de cambio especial para las exportaciones de granos -esta vez ya no diferencial para el sector sino para todos los rubros que vendan al exterior- tuvo un fuerte impacto en el mercado de granos, pero no todos fueron positivos para el sector. 

A saber, luego de que la semana pasada terminó la última edición del dólar para la soja, el lunes casi no hubo casi operaciones. 

En rigor, la última edición del “dólar agro” no movió mucho el amperímetro en el volumen negociado, ya que la disparada de los dólares financieros licuó la ventaja del diferencial (75% de la exportación se liquidaba al dólar oficial y 25% al Contado con Liqui) y, además, la tendencia a la dolarización de todos los actores económicos por la incertidumbre electoral y la suba de la inflación llevó a los productores a preferir quedarse refugiados en granos.

Pero este martes, el mercado disponible (como se le dice al comercio con entrega inmediata) volvió a moverse luego de que el lunes el ministro de Economía, Sergio Massa, anunciara la vigencia hasta el 17 de noviembre de un dólar exportador, que mejora el valor final de su antecesor, ya que permite liquidar el 70% al oficial y el 30% al Contado con Liqui, mejorando así la ecuación y dejando el precio final en unos $530.

“Después de varias jornadas, nuevamente contamos con precios de referencia en la plaza rosarina. En este sentido, las ofertas se ubicaron en valores de $190.000 la tonelada por la oleaginosa con entrega inmediata y para las fijaciones de mercadería contra los $185.000 de los últimos días”, informó la Bolsa de Comercio de Rosario. Pero el salto fuerte se dio en el mercado de futuros, puntualmente en la posición de noviembre, que tuvo un fuerte salto en un día de u$s462 a los u$s540 la tonelada. 

A primera vista, se podría decir que el efecto de la medida tuvo un impacto positivo mejorando los precios. Pero al focalizar el análisis, la situación es diferente. Y, puntualmente, en lo que hace al mercado de futuros complica la realización de operaciones de coberturas y los negocios. Y por eso este martes sobraron las quejas de operadores.

¿Qué pasó? Ocurre que en noviembre, como se había dicho que se terminaba el dólar soja, muchos operadores se disponían a recomprar barato lo que vendieron en meses anteriores a mejor precio con el tipo de cambio diferencial y ahora se encuentran con que el precio se disparó.

Lo que parecería, a primera fase, un problema de algunos operadores (y de hecho, en buen parte lo es) adquiere importancia porque lo que desarticula el aumento inesperado del tipo de cambio por una intervención oficial es el armado de estrategia de planificación financiera y cobertura de precios, razón principal de los mercados de futuros. 

Además, justo el contrato de noviembre se usa mucho como hedge/cobertura/pases, y por eso tiene muchos negocios abiertos (“open interest”, en la jerga); entonces un cambio de política monetaria les complica todo el esquema a los operadores.

En la edición anterior de dólar soja, la distorsión se focalizó en septiembre, pero es una posición que tiene poca liquidez y volumen operado y por eso no provocó tanta distorsión como ahora.

También se podría agregar que la medida encareció el costo financiero de operar en futuros, porque las diferencias diarias por el movimiento de precios que los operadores deben actualizar diariamente en el mercado de futuros (Matba-Rofex) sufrieron también una suba importante.

Y como en anteriores ediciones del tipo de cambio diferencial, la suba del precio de la soja y el maíz por la intervención política complica el abastecimiento de la industria que procesa para el mercado interno (harina para alimentos de hacienda, aves, ganado porcino, etc), ya que se les encarece el insumo sin tener beneficios porque no exportan.

Picardías y efectividad

La decisión de establecer un dólar exportador, además de darle algo más de competitividad transitoria a la exportación (afectada por el retraso cambiario del dólar oficial) tiene como objetivo impulsar el ingreso de divisas para las sedientas reservas del Banco Central. 

“Les va a costar mucho a la industria y a la exportación originar granos. Y es que los porcentajes de ventas ya están en los términos históricos. El tonelaje es menor porque la producción fue menor por la sequía. Así que no veo muchas ventas adicionales”, le dijo a Rosario 3 el analista Dante Romano.

“Entre el clima que no se termina de recomponer en todas las zonas, la reserva que harán los productores para alquileres luego del impacto de la sequía no genera incentivos para vender cuando, por el contrario, la tendencia de la economía es la de dolarizarse para cubrirse”, agregó. 

Y si bien aumentar del 25% a 30% de cada dólar que se ingrese la posibilidad de liquidar al CCI puede motivar algunas ventas de la soja guardada, no parece que vaya a mover realmente el amperímetro.

A los exportadores, en tanto, tampoco parce sentarle muy bien el aumento del precio. Y es que aducen que sus márgenes son malos y que el tipo de cambio a la hora de vender tampoco es muy competitivo.

Pero este último punto deja de generar debates. ¿Es tan así como dicen los exportadores? Ocurre que para ver cuántos pesos vale la soja, se debe tomar el precio de referencia en dólares base (que se conoce como FOB, y hoy es de u$s516), y de ahí el 70% se liquida al tipo de cambio oficial y el 30% en el CCI

Pero como el pago de retenciones (35%), de gastos comerciales, y de gastos operativos se hace al tipo de cambio oficial (de $350) en realidad la capacidad de pago que tienen los compradores parecería ser mayor a la que a prima face dicen tener.

No obstante, esa fue una ventaja que tuvieron los exportadores en anteriores ediciones. Y es que para esta edición del tipo de cambio especial se dispone que todos los exportadores deberán abonar antes del 31 de diciembre de 2023 los derechos de exportación, en caso de corresponder, para lo cual deberá considerarse “el contravalor excepcional y transitorio”, es decir, el resultado de la operación correspondiente al 30% que se liquida al CCL. El “dólar soja anterior", en cambio, consideraba la base imponible del derecho de exportación el monto que surja de las divisas ingresadas y negociadas a través del Mercado Libre de Cambios.

Rosario 3

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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