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Hotel Mercure

En un pueblo de 12 habitantes desapareció uno, y todos sospechan entre ellos…

Otras | 13/08/18

 
 

Larrimah tiene once habitantes y un misterio. Es que hasta hace ocho meses Paddy Moriarty continuaba en el pueblo y formaba parte de la comunidad. Actualmente, un cartel con su fotografía, un teléfono y el pedido de ayuda continúa firme en Larrimah, Australia. El 16 de diciembre de 2017 Moriarty fue al único hotel y bar de este lugar de paso, en el medio del desierto australiano. Ese día bebió ocho cervezas. Al terminar sus rondas se fue a casa con su fiel perro Kellie.

Al día siguiente su asiento en el Pink Panther estuvo vacío. Pasaron cuatro días y nadie lo había visto. Temiendo lo peor, se dirigieron a la casa pensando que podían encontrarlo ahi, muerto. Pero cuando denunciaron su ausencia y la Policía ingresó en su vivienda abierta no lo encontraron. Su sombrero de cowboy estaba allí, como también una comida que había colocado en su microondas para comer aquella noche, sin tocar. De inmediato como cuenta la crónica de Infobae, los investigadores sospecharon que Moriarty había sido asesinado y decidieron comenzar con interrogatorios. Sería sencillo: 11 entrevistas con cada uno de los integrantes del pueblo. Pero todos tuvieron una coartada comprobable.

Quienes encabezaron la lista fueron el barman de Pink Panther -el último en verlo- y un jardinero con quien había discutido días atrás. Esos eran los máximos sospechosos para los detectives que no podían creer que estaban en Larrimah investigando un homicidio. Cada uno de los once habitantes tiene su teoría sobre quién pudo haber terminado con la vida del viejo hombre. Hasta un cocodrilo está en la mira.

Larrimah, según describe el diario The New York Times, es un pueblo del tamaño de una manzana e impenetrable. Está rodeado de una espesa y alta capa de matorrales que la aísla de todo. Muy poco atractivo para mudarse o para visitar durante las vacaciones. Pero hay más: los nativos creen que ese lugar está embrujado, que los espíritus lo poseyeron y por tal motivo se niegan a vivir allí.

Barry Sharpe, quien trabaja en Pink Panther, lo extraña. Lo veía casi a diario allí, donde Moriarty iba a cumplir con su ritual de cervezas. “Lo extraño mucho”, dijo el hombre de 76 años, muy cercano a su amigo desaparecido.
Algunos en el pueblo creen el hambriento cocodrilo pudo haberse comido a Moriarty y a su perro luego de que alguien lo asesinara.

El pueblo ha perdido un componente clave y pasó de estar habitado por 12 personas a tener 11. Un lugar que para muchos está embrujado y donde un simple hombre con su perro siguen sin aparecer.

LaCien

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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